jueves, 23 de mayo de 2019

¿Son realmente importantes los autores que menciona Javier Marías?

Retomando a nuestro buen amigo Marías,  contaré a modo de anécdota en relación a él, lo siguiente: En manera de celebración de los cien años que cumplió la editorial Alfaguara, ésta organizó una charla pública de motivo literario, con tres escritores que han publicado muchos libros por medio de aquélla. Los tres invitados para hacer una desenfadada tertulia literaria eran Javier Marías, Mario Vergas (perdón Vargas, Vargas, imperdonable error, quise decir Vargas) Llosa, y Arturo Pérez Reverte. 

Cuando al final de esa charla, la conductora de ésta les pidió a los tres escritores que cada uno de ellos recitara algunas líneas de algún escritor/a, ocurrió algo muy empobrecedor: Pues en el momento en el que le llegó el turno a Marías, a cuenta de algo que se dijo, él señaló que no querría leer un soneto de Shakespeare en castellano, a menos que lo hubiera traducido él; en consecuencia leyó otra historia. Aquí también la crítica no es ni necesaria. Por la boca muere el pez.

Acá el video de lo ocurrido.


¿De qué se trata Percebes, lechugas o taburetes?



Javier Marías, escribió un artículo sobre la lectura en marzo de 2015. En ese artículo, Marías dijo que según alguna encuesta, el 55% de la gente que vive en España, no lee. Esto le entristecía. Hasta ahí de acuerdo. A partir de dar ese dato, Marías se empieza a comportar, escribiendo, como una auténtica bestia que parece creerse iluminada por todos los dioses ateos del universo. Antes de pasar a lo que dijo, diré, que en los artículos de Javier Marías, EL, se muestra con una autoestima (es feo decir soberbia u omnipotencia, no hay que insultarle, para no ponerse a su altura y aunque autoestima no es un sinónimo exacto lo usaré como un mal eufemismo) que no cabe en un solo universo. En este artículo del que hablo se supera a sí mismo.

Para Marías, el que no lee es un primitivo en todos los sentidos de la palabra. Venía a decir que el gran conocimiento de todas las ciencias y el disfrute de la alta literatura está en la lectura de muchas obras; da a entender que lo bueno de la vida (qué digo lo bueno, lo mejor y más interesante) está reflejado en los mejores libros; y añade cosas del tipo de que el individuo (o individua como a él le gusta burlarse) que no lee, pasa por la vida sin interesarse por lo más interesante. Por qué está él o ella en este mundo, por qué cree o no cree; qué paso anteriormente a su nacimiento en el lugar donde nació y creció. No le interesa la historia ni la geografía, con las que uno puede saber dónde está situado territorial, ideológica e históricamente. Y eso para él es tener “serrín en la cabeza”; claro, él no lo dice con esas palabras pero utiliza otras casi sinónimas, e incluso más insultantes. 



Se escandaliza al pensar que los que no leen, tampoco sabrán qué pensaron y dijeron Montaigne y Shakespeare, Platón, Proust, Elliot, Rilke, y tantos otros. No hay ni una sóla mujer aquí; de hecho, Marías sólo nombró a una mujer  (Isak Dinensen) cuando aseguró cuáles fueron (porque me suena que no dijo, “en mi opinión”, suele ser típico de él decir cómo SON las cosas) los mejores escritores del siglo XX.